Permanencia

Permanencia

                                                                                                                                               

Los tordos duermen en los eucaliptos

Del boulevard añoso de mi pueblo,

Frente a las viejas casas, la parroquia

Y el jardín olvidado del colegio.

 

Por la mañana, cuando todos duermen

Abren sus alas negras uno a uno,

Y en una bocanada silenciosa

Remontan hacia el cielo todos juntos.

 

La mañana se queda entre las frondas,

Los niños blancos llegan con sus libros.

El carbonero asoma, y bicicletas

Surcan los veredones de ladrillos.

 

Ellos, ausentes pero permanentes

En el perfume de los eucaliptos,

Por la gloria del aire azulceleste

Andan los campos y los labrantíos.

 

El día pasa con su dulce carga

Igual que ayer, mellizo del mañana.

La costumbre de amar, los despropósitos,

El vil comercio, la menuda gracia.

 

Y cuando el cénit sonrosado y laxo

Vuelve y envuelve el pueblo bendecido,

Ellos regresan a las buenas ramas

Como abnegados campesinos.

 

María Rosa Meléndez

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