Qué buen hablante, qué preciso lingüista
No tiene en galerías sus ojos por Gustavo
Adolfo Bécquer, puro de construcción castiza
Y clara como el agua que brota de su mano,
De donde crecen flores pequeñas y paisajes
De medievales muros y sombras olvidados,
Ideas son del mundo traídas a estos sueños
Que nos parecen ciertos y nos engañan, claros.
Qué poeta no ha visto desnudo su adjetivo
Entre la rima suave de un verso de Gustavo.
Y allá, en los años graves,
Cuando todo lo sabes,
Y llegan por el tiempo
Las azulosas naves
Del páramo y del nunca,
Mientras la lluvia cae
El libro que acompaña
La ancha noche de tu hado
Es el que trae en sueños
Los versos de Machado.
Miras con displicencia
A aquel que te aconseja,
Sonríes y perdonas.
Y miras las estrellas.
Sus versos pronunciando
Te vas por los caminos
El corazón liviano
Dejado de las cosas,
La tristeza sin vino
Y la muerte sin rosas.
Maria Rosa Melendez